viernes, 26 de noviembre de 2010

Investigaciones espaciales


Documento de laverdad.es que habla de las investigaciones espaciales:

                                                                        2. EL UNIVERSO
                                                                 2.3. Investigación espacial


VOLANDO ALTO
27-08-1995

Al gran bioquímico Edwin Chargaff se le puede suponer un conocimiento directo de lo que son metas científicas ya que entre las importantes que él mismo consiguiera en su día, figura el descubrimiento de las reglas numéricas que siguen las bases constituyentes del ADN, punto de partida que permitió el desarrollo de las modernas Biología y Genética moleculares. Según Chargaff "en las ciencias el camino es más importante que la meta. Las ciencias no tienen fin".

Si hay ciencias en las que se produce esa identificación entre camino y metas, sin duda unas de ellas serían las espaciales, en que la coincidencia es incluso literal ya que los caminos (lanzamientos, viajes y misiones), en sí mismos, constituyen aportaciones científicas considerables. Pero el ciudadano normal se encuentra con frecuencia con informaciones aisladas e individualizadas al respecto, con una situación semejante a la del árbol o árboles que no dejan ver el bosque.

INVESTIGACIÓN ESPACIAL. Para dar una idea general de la situación, vamos a repasar globalmente los principales acontecimientos relacionados con nuevas investigaciones espaciales que tuvieron lugar durante el último año, refiriéndonos a cuatro grandes apartados: satélites no tripulados, vehículos de lanzamiento, sondas planetarias y vuelos tripulados. No nos detendremos en lo que ya es una rutina cotidiana, los satélites comerciales de comunicaciones y análogos. Y, en todo caso, en las ciencias espaciales, el año 1994 posiblemente será recordado por dos hechos: que, finalmente, EE.UU y Rusia alcanzaron el acuerdo de unir sus esfuerzos para desarrollar una base espacial orbital conjunta compartida y que, concretamente el 13 de enero, se confirmó que habían constituido un éxito total las reparaciones realizadas al telescopio espacial Hubble, mejorando grandemente la definición de sus imágenes.

El repaso espacial lo comenzamos con las siete misiones realizadas usando lanzaderas espaciales tripuladas. Dos de ellas, en las que se utilizó la lanzadera Endeavour, tuvieron como meta transportar el SRL, Laboratorio de Radar Espacial, para realizar observaciones con el mismo. Este sofisticado laboratorio combina una serie de ecos de radar recogidos usando simultáneamente tres bandas de radiofrecuencias, con lo que conseguirán imágenes muy detalladas. Incluso en situaciones especiales, las señales pueden atravesar el suelo y revelar estructuras subterráneas como antiguos yacimientos o lechos.

Otras tres misiones tuvieron como finalidad varios estudios relativos a las ciencias de la vida y de los materiales. Así, una de ellas, con una tripulación de siete hombres, portaba un pequeño satélite que se liberaría y recogería unos días después, tras realizar ciertas experiencias de fabricación de películas de materiales semiconductoras de gran calidad, en condiciones de vacío. Aunque ciertos fallos en los sistemas de dirección impidieron completar totalmente la misión, sin embargo, el experimento tuvo la importancia simbólica de que, viajó, por primera vez a bordo de una nave americana, un técnico astronauta ruso, Sergey K. Krikalev, con lo que se iniciaba un programa conjunto de colaboración. La lanzadera Columbia, en marzo y julio respectivamente, realizó experiencias científicas en condiciones de baja gravedad, tales como la fabricación y estudio del comportamiento de aleaciones especiales. También se realizaron medidas exactas del ozono en la porción superior de la atmósfera y en cuanto a ciencias de la vida se analizó el crecimiento de dendritas, el apareamiento y comportamiento de peces, y otras varias más. En cuanto al resto de las misiones, del total de las siete realizadas, se efectuaron con el Discovery y el Atlantis, respectivamente, y sus finalidades principales estaban relacionadas con la medida de polvo y de aerosoles de la atmósfera, usando una nueva tecnología láser. Asimismo, se realizaron observaciones solares, análisis de sustancias atmosféricas, así como la liberación y posterior recogida de un pequeño satélite de observación solar.

SONDAS Y VEHÍCULOS. Las sondas planetarias constituyen otro punto fuerte de la Investigación espacial. Un relativamente pequeño ingenio espacial, el Clementina, diseñado originalmente con fines militares, se readaptó para la observación de la Luna. En su órbita se situó el 19 de febrero, obteniendo cerca de dos millones de fotografías de la Tierra y de la Luna, cartografiando totalmente la superficie lunar, encontrando un cráter que siempre permanece en la oscuridad, lo que podría significar la primera presencia detectada de agua en la superficie lunar. En otro orden de cosas, la misión solar internacional que está llevando a cabo la sonda Ulises, el verano pasado, en el polo sur del Sol, consiguió registrar ciertos vientos solares a la tremenda velocidad de 3,2 millones de km por hora. Respecto al vehículo espacial Magallanes, que orbitaba Venus desde 1993, se dio por acabada su importante misión, dejándolo caer sobre la atmósfera del planeta y durante su caída y posterior destrucción siguió proporcionando informaciones muy útiles respecto a la atmósfera venusiana.

En el capítulo de satélites científicos no tripulados, de entre todos los lanzamientos efectuados, podríamos destacar tres de ellos diferenciados. El primer tipo, es el auspiciado por el Programa Internacional de la Física Sol-Tierra. Los primeros satélites se han dedicado a analizar los grandes flujos de vientos solares que, procedentes del Sol, a veces alcanzan la proximidad de la Tierra atravesando su escudo electromagnético protector, llegando a ocasionar daños permanentes, como ya ocurrió con unos satélites canadienses de comunicación. Los datos obtenidos han sido muy útiles para el desarrollo inmediato de sistemas de protección adecuados de los satélites frente a esas tormentas geomagnéticas. El segundo apartado es el correspondiente a una serie de satélites GOES, geoestacionarios, con la intención principal de mejorar notablemente las observaciones de tipo meteorológico. En cuanto al último tipo, los satélites Milstar, podrían considerarse como la otra cara de la moneda, ya que son de uso militar, diseñados para garantizar las comunicaciones en caso de un gran conflicto nuclear. Las críticas más usuales a este programa ha sido la de su no-necesidad.

El último comentario a los avances de la exploración espacial sería el dedicado a los propios vehículos lanzadera reutilizables, aspecto en el que se han conseguido logros notables por varios países, entre ellos Rusia, e incluso Israel. El objetivo ha sido la comercialización de sus respectivos vehículos lanzaderas, cuyo primer desarrollo fue, a veces, de tipo militar, vendiéndolos a otros países a precios muy competitivos. En cuanto a Japón, comenzó a utilizar sus H-2 en octubre pasado, con vuelos preparatorios respecto a la gran misión orbital que pretende realizar en 1999. Respecto a Europa, una nueva versión de sus conocidos Ariane, el nuevo Ariane-5, se espera que se podrá concluir y utilizar este mismo año. Pero el avance más definitivo estuvo localizado en los EE.UU, con su revolucionario DC-X, técnicamente mucho mejor que las lanzaderas anteriores y totalmente reutilizable. En su quinta utilización se produjo un incendio, que tuvo la virtud de demostrar su capacidad automática de protección

En resumen, la Investigación espacial está abierta en numerosos frentes. Aunque los fuertes recortes presupuestarios de muchos países, sobre todo EE.UU, han afectado sensiblemente el logro de éxitos espectaculares del tipo del que en su momento supuso el hombre en la Luna. Sin embargo, las investigaciones espaciales prosiguen satisfactoriamente permitiendo lograr un mejor conocimiento de nuestro planeta, del espacio y de los cuerpos celestes que nos quedan más próximos.